INGREDIENTES:
-240 g de harina de fuerza
-50 g de azúcar
-30 g de levadura fresca
-160 g de mantequilla sin sal
-100 ml de leche
-4 huevos
-sal
PREPARACIÓN:
La preparación es un poco laboriosa y anticipada ya que tiene que reposar toda una noche en el frigorífico. Empezaremos diluyendo la levadura en la leche cuidadosamente, añadimos el azúcar y luego añadiremos la harina tamizada también con mucho cuidado. Agregamos la mantequilla a temperatura ambiente y ya un poco blanda, pizca de sal. Amasamos repetidamente y añadimos tres huevos enteros y la yema del cuarto, reservamos la clara para pintarlos antes de introducir en el horno. Batimos con varillas durante 15-20' para obtener una masa muy homogénea. Intentamos que quede un poco densa y hacemos una bola grande que dejamos en un recipiente. Tapamos con film y dejamos reposar una hora. Finalmente la colocamos en el frigorífico a pasar la noche entera.
A la mañana siguiente, para el día de Reyes, antes de que se levanten en casa retiramos la masa de la nevera y encendemos el horno arriba y abajo a 180º, colocamos un papel de horno en la bandeja y empezamos a hacer bolas con un amasado final suave, las vamos colocando en la bandeja de forma muy separada, pintamos con la clara reservada. Introducimos en el horno y mantenemos encendido sólo abajo. Dejamos 20' controlando el color. Cuando estén dorados se sacan y se dejan enfriar, se puede espolvorear un poco de azúcar glas, seguidamente los colocáis en una fuente y en la mesa los acompañáis con mermelada, jamón dulce, queso o ambos.
Vuestra familia notará un olor muy especial al despertarse y quedará sorprendida!
Podéis ver el resultado en la foto (por primera vez salgo yo mismo):
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